jueves, 13 de octubre de 2011

EDUCAR de GABRIEL CELAYA (Por la escuela pública)

Hace muy poco se luchaba en este país por sacar una extraña ley de autoridad con la que se pretendía que el alumno respetara más al profesor...
En mis doce años de experiencia como profesora de Secundaria, nunca me sentí poco respetada como profesora o como persona por mis alumnos y alumnas. Sí me sentí querida.
No quiero decir que mi profesión suponga un camino de rosas (siempre) y que nunca haya tenido que enfrentarme a ninguna dificultad, claro que no, pero éstas han sido siempre medidas y finalmente mis chicos y chicas y yo hemos salido a flote.
Cuando se habla o se me pregunta por la "educación" me vienen a la cabeza los versos de Gabriel Celaya. Unos versos limpios, que llevan como envoltorio una hermosa metáfora: el amor, el amor a los demás... es el único modo, la única manera de pretender educar.
En los tiempos que corren, creo que sería conveniente dar de leer a nuestros políticos los versos de nuestros antiguos maestros, de nuestros hacedores de la literatura, muchas veces, casi siempre tan cercanos a la educación... ¡Aportaron tantísimo en su época! ¡Siguen dándonos tanto...!
La propuesta de trabajo con 2º de la ESO en esta ocasión consistía en cambiar el tema. La idea es que para poder realizar cualquier disciplina uno tiene que poner amor en lo que hace, sino difícilmente...
Así que, tomando como ejemplo el poema "Educar" de Gabriel Celaya, los chicos reescribieron sus propios textos explicando cómo se debe "cocinar", "escribir" o "actuar"...

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
hay que medir, pensar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
                (Gabriel Celaya)


COCINAR
Cocinar es lo mismo
que probar...
hay que disfrutar, experiementar y pensar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de alegria...
un poco de atención,
una pizca de sal...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno espera
que ese plato, ese tenedor
irán muy lejos por el agua.
Soñar que ese plato
llevará nuestra carga de
felicidad hacia cocinas distintas,
hacia pueblos lejanos.
Soñar que cuando un día
estén durmiendo nustras propias ganas
entre nuevos fogones
seguirá nuestra bandera enarbolada.
       (José Ángel, Ainhoa, Rubén. Z, Gema y Mª Jesús, 2º B)

ESCRIBIR
Escribir es lo mismo,
que crear un mundo...
hay que imagianar, sentir, pensar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de aventurero...
un poco de soñador...
un poco de inventor...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mietras uno inventaba
que ese libro, esas páginas...
irán muy lejos por el agua.
Soñar que aquella historia
llevará nuestra carga de sentimientos
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en ideas nuevas seguirá
nuestra bandera enarbolada.
       (Roberto, Ruth, Laura, Rubén. M, Rubén Marín, 2º B)

ACTUAR
Actuar es lo mismpo
que dar via a un personaje
hay que memorizar, representar, sentir...
y poner todo en marcha.
Pero para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de música...
un poco de arte...
un poco de estilo...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno actúa
que es público, esa obra
te llevará muy lejos por el mundo.
Soñar que esa obra
llevará nuestra carga de actores
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
       (Carlos, Javier, Ana, Daniel y Elena)
               Pues ahora ya lo sabe... pónganle mucho amor.

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