Leer y escribir son dos actividades que debieran ir de la mano en el entorno escolar. Todos los maestros, todos los profesores debieran propiciar la escritura creativa.
Desde la creación literaira los niños se sienten completos, reconocidos y les calma.
Es lógico que en los niños muy lectores, que poco a poco se ven creciendo con un dominio natural del vocabulario y acostumbrados a viajar por universos a veces irreales y fantásticos, se genere esa necesidad de plasmar por escrito las emociones.
Este es el caso de mi sobrino AITOR.
AITOR RÁMÍREZ DE ARELLANO, con tan sólo diez años, ha comenzado a desarrollar esta faceta creativa que surge desde la esponteneidad.
En este caso voy a presentaros un pequeño texto de prosa poética:
EL BORRIQUILLO
Estaba el boriquillo
buscando algo en el prado
cuando llegó un pastorcillo
y dijo:
-¿Qué estás buscando?
No sabía lo que decía
y se marchó del prado
sin saber a sónde iba.
Se trata de un texto que bebe de la tradición popular. Sin saberlo siquiera el autor, este relato lo desarrollan personajes pertenecientes a la cultura del pueblo. Un niño de ciudad, acostumbrado a los coches, el humo, el asfalto... se traslada de repente a un entorno pastoril. En él, el campo, el prado, se representa como entorno idílico para el encuentro entre un pastor y un "borriquillo". Ambos se encuentran, se reconocen y entonces surge el momento mágico, el extrañamiento al más puro estilo rodariano en el que el borriquillo y el pastor intentan comunicarse verbalmente.
Finalemte, el acto verbal resultará un acto frustrado.
El segundo texto es también, en apariencia, un texto de carácter popular. En este caso de puro recreo en el ambiente natural.
EL RÍO
El río va,
el río viene
tocando una musiquilla
muy alegre.
A los peces que pasan
les gusta la música
y bailan juntos
bajo la luna.
Sin duda alguna un texto mucho más lírico que apoya su estructura en rasgos de asonancia.
En él encontramos el juego poético de la antítesis en el fluir del río (el río va, el río viene); el rumor del río en su fluír por el cauce lo interpreta el autor como una musiquilla que será la causante del encuentro nocturno entre los peces y la luna, preparados para la danza.
Bravo AITOR por tu creatividad espontánea y bravo AITOR por hacerla pública porque como decía Antonio Gamoneda: la belleza no es un lugar al que van a parar los cobardes.
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